Ya el título, «El año de la República», nos dice que se trata de una novela sobre todo histórica más que policiaca.
José Calvo Poyato hace entrega de otra más de sus novelas históricas. Ofrece la encantadora historia de un valiente intento, pero también la triste historia de un rotundo fracaso. La Primera República se pensó como panacea universal y tan siquiera llegó a ver aprobada su Constitución. Vino para traer la separación Iglesia y Estado, la abolición de la esclavitud en provincias de ultramar, el fin de dos guerras y trajo otra.
La novela exprime toda la frustración de un proyecto fallido. Vivimos las dificultades de una gobernanza casi imposible; y entramos en el lio político y en las enormes tensiones del momento histórico: los que la quieren construir de arriba abajo y los que se empeñan en hacerlo de abajo arriba. Nos “presentiza” las discusiones en Las Cortes con sus esplendidos y redondos discursos.
En lo policial el nudo de la trama se centra en la desaparición de la Biblioteca Nacional de unos importantes y valiosos libros. Fernando Basora, personaje ya conocido de entregas anteriores y ahora director del periódico La Iberia, entra en la investigación del robo, ayudado primero por un enigmático Alonso Figueroa y después por el erudito don Gumersindo de la Biesca y San Martín. El caso se adorna haciendo entrar en la intriga a una enigmática mujer y con la aparición de algún muerto, pero resulta un tanto enrevesado y endeble.
Por otra parte, es de elogiar el magnífico retrato costumbrista y social de la época. Refleja con gran realismo el ambiente y la vida del momento con todo su encanto. Nos sumerge con acierto en las concurridas tertulias, en las bulliciosas tascas, en conocidos restaurantes; asistimos a los toros, al reposo de los balnearios; vivimos la vida del periódico. Observamos con él los tranvías de mulas, las diligencias, los coches de punto, … en fin, el gozo de meterse en la cotidianidad de aquellos tiempos.
En resumen, una trama policial suficiente como soporte adecuado y acompañamiento puramente galdosiano del hecho histórico. Y también, como tributo y homenaje a los libros y a los que se dedican a ellos. Despierta el justo interés.
En lo histórico, la primera República Española llega a ser el verdadero e indiscutible protagonista de la novela. Una historia potente, bien documentada y contada con exquisito rigor, como corresponde a un consagrado historiador. El relato nos sumerge con maestría en unos tiempos agitados, convulsos, de inestabilidad y graves enfrentamientos.
Un gran encanto y logro como novela histórica. Una acertada didáctica como atrayente y muy buena manera de enseñar.